11 marzo 2010

Terremoto en Cañete (1) Orgulloso de ser Cañetino…,

Hay tantas ideas y momentos que contar, que es difícil expresar con claridad lo vivido durante este Terremoto del día 27 de Febrero a las 03.35 AM. En lo puntual, me siento orgulloso de la forma de actuar de los Cañetinos, quienes han sabido soportar esta catástrofe de una manera muy diferente a comunas vecinas donde se produjeron saqueos, robos e incendios intencionales de los locales comerciales.

Ya han pasado cinco días intensos, primero soportar el terremoto y sus replicas, luego esperar un largo, triste y oscuro amanecer para viajar 25 kms al norte de Cañete a ver a mi familia, luego volver y apoyar el trabajo del municipio, recorrer las calles de Cañete y tratar de soportar lo ocurrido. A esa hora ya hace mucho calor y comienza la desesperación por conseguir combustibles y alimentos, comienzan largas filas en los servicentros y supermercados de la comuna, pero mi mayor preocupación era saber de mi madre quien se encontraba de vacaciones en Angol… ya se hizo de noche y era muy difícil poder dormir a pesar del cansancio, ya que las replicas del terremoto fueron cada vez más frecuentes… Sin agua y sin luz, una fogata fue el lugar indicado para aminorar la intranquilidad de la noche…Era domingo y la situación en la comuna no era distinta al día anterior… mi preocupación se centro en buscar la forma de viajar a Angol a buscar a mi familia… entre ir y venir encontré combustible suficiente para viajar a Angol… y comencé el viaje sin saber con qué sorpresas me encontraría, sorpresas que a pocos kilómetros se ejemplificaron con las primeras grandes grietas en el camino a la altura de Huilquehue, entre Cañete y Contulmo, siendo cada vez más intensas en los lugares bajos de la carretera… Felizmente mi familia se encontraba bien y pude traerlas de regreso, lo cual me dio más seguridad… En Angol la situación no era menor a lo que ocurría en Cañete y era evidente que los daños eran menores a los ocurridos en nuestra zona. Tratamos de conseguir combustible, pero las interminables filas hacían imposible tal proeza… Ya era tarde y aunque llegamos hasta Collipulli, no fue posible lograr nuestro objetivo.
Los días y las noches son extrañas en Cañete, se percibe una sensación de intranquilidad, de rompimiento de una rutina tan marcada, que cuesta a acostumbrarse a no tener lo que cada día uno tiene… vuelve la soledad y por cierto una profunda introspección, que hace cuestionarse situaciones profundas.

No hay comentarios.: